La acompañó hasta su casa, pero fue incapaz de dejarla sola, sabía que necesitaba estar con alguien y teniendo en cuenta que sus padres no estaban en casa, él era la única opción. Le llevó a su habitación y la dejo caer sobre la cama, ella le miraba fijamente, en ese instante en su cabeza habia miles de pensamientos. Por fin fue capaz de formular palabra: -¿Y si muere?-. -Me tienes a mí- pensó él, pero dijo:-Todo saldrá bien- Ella se llevo las manos a los ojos, no quería que viera su llanto nuevamente. -Él era importante para tí, ¿verdad?- Lo es.- Marie se tumbó, cerró los ojos.
Le despertó el ruido de la llave abriendo el cerrojo, bueno, más bien, la puerta al cerrar. Se levantó inquieto, miro a Marie, estaba dormida,y salió al balcón, dónde ayudado por una silla de madera se encaramo en el balcón de arriba, su balcón, el de su dormitorio.
Más tarde, ella despertó, aún era de noche. Se sentía pequeña, insignificante, las sabanas estaban frías y ella también, no podía aguantar el silencio. Se levanto y escaló la fachada, de la misma forma que Pablo, hasta llegar al dormitorio del chico. Dió dos golpes con el puño cerrado en el crista, él le oyó y se levanto a abrirle, mientras una sonrisilla se mostraba en su cara. Ella estaba poco vestida, asique se metió entre las sabanas, él la abrazó con fuerza, mientras entraba en calor y consiguió conciliar el sueño